La felicidad humana, los soles, y los planetas del cosmos, y los cielos nocturnos.
Un sol, existe, como tal, sí, y solo sí, ese sol, es felicidad humana, por medio, de una persona, testigo, al menos.
Y un planeta del cosmos, existe, como tal, sí, y solo sí, ese planeta del cosmos, es felicidad humana, por medio, de una persona testigo, al menos.
Y un cielo nocturno, existe, como tal, sí, y solo sí, ese cielo nocturno, es felicidad humana, por medio, de una persona testigo, al menos.
Y por tanto, ocurre, que, tanto, los soles, como, los planetas del cosmos, y como, los cielos nocturnos, pasan, de existir, a dejar de existir, muchas veces, en la felicidad humana, como, unas ideas, que aparecen, y desaparecen, de los pensamientos, de todas las personas.
Es decir:
[Estudio de los soles, los planetas, y los cielos nocturnos] = [Estudio de las ideas, que pensamos, las personas] = [Estudio de la felicidad humana]
Y por tanto:
[Fuerzas, que rigen, a los soles, los planetas, y los cielos nocturnos] = [Fuerzas, que rigen, a todas las ideas, que pensamos, todas las personas] = [Fuerzas, que rigen, a la felicidad humana] = [{Felicidad humana, creciente, hasta la máxima} – {Felicidad humana, decreciente, hasta cero} – {Desfase} = [0]]
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Javier Rubio Ortín
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