La huida, del planeta tierra….
Debe, de estar dirigida, siempre, hacia, unos universos, del cosmos, mucho, más quietos, o cuyas velocidades lumínicas, sean, mucho, más pequeñas, que, la velocidad lumínica, enorme, del universo, que, contiene, al planeta tierra.
Es decir, la huida, del planeta tierra, debe, de ser, la huida, de todas las personas, hacia la quietud, total, del cosmos.
Cada persona, en concreto, podrá elegir, libremente, la velocidad lumínica, del universo, al que, quiere, huir, es decir, esa persona, podrá elegir, entre infinitas, velocidades, lumínicas, diferentes.
Jesucristo: “Orad, a Dios, que, vuestras huidas, del planeta tierra….”
Javier Rubio Ortín
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