La igualdad, entre, las personas.
Todas, las personas, puras, y todas las personas, impuras, que soñamos, con volvernos, unas personas, puras, por medio, del poder de Dios, somos, iguales, es decir, somos, unos cosmonautas, viajeros, libres, por el cosmos, que, si nos volvemos, plenamente felices, nos hacemos, una sola cosa, con Dios.
En cambio, todas, las personas, que optan, por no purificarse, del mal, de forma, indefinida, pues, son, unas personas, diferentes, al resto, de las demás, personas.
Javier Rubio Ortín
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