La puerta estrecha.
Cualquier persona, le es útil a Dios, simplemente, sufriendo, en el interior del planeta tierra, todo lo que, ese interior del planeta tierra, le quiera hacer sufrir, a esa persona, a lo largo, de un cierto número, de años.
Y por tanto, jamás, ha existido, una persona, viviendo en el interior tenebroso, del planeta tierra, que haya sido, totalmente inútil, a Dios.
De manera, que aunque, una persona, haya sufrido, en el planeta tierra, muy poco, esa persona, sufriendo, ese poco, ya le ha sido útil a Dios, para acelerar, el final del mundo, en una cierta medida.
Naturalmente, si una persona, sufre mucho, en el planeta tierra, esa persona, le resulta, más útil, a Dios, que, una persona, que ha sufrido, muy poco, pero, solamente, en vistas, hacia el final del mundo.
Y por tanto, toda persona, es digna, de su salvación, a la vida eterna, sea cual, sea, lo que haya sufrido, esa persona, de parte, del planeta tierra, o mundo.
El único contenido real, de este artículo: Diversas formas, de la felicidad humana.
Javier Rubio Ortín
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