Los grandes disgustos, y las grandes alegrías.
Los grandes disgustos, tienden a convertir, a las personas, en hidrógeno, y por tanto, los grandes disgustos, tienden, a producir, en esas personas, cánceres, infartos, y toda clase, de enfermedades.
Y las grandes alegrías, tienden a convertir, a las personas, en diamante, y por tanto, las grandes alegrías, tienden, a curar, a todas las enfermedades, de las personas.
Javier Rubio Ortín
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