Los habitantes, del mundo, se vuelven, viajeros, por el cosmos.
…Y sus ovnis, correspondientes, dejando, por tanto, en los cielos, del mundo, unas estelas, de vapor, de unos tamaños, completamente variables.
Es decir, las personas, abducidas, por Dios, a los ovnis, se dedican, después, a observarnos, desde lo alto, desde, esos ovnis.
Javier Rubio Ortín
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