Los únicos premios, a los que aspiro.
1º Habitar, muy pronto, en el cielo, sin ninguna enfermedad-dolor-muerte, de por medio, mientas duermo, un sueño irracional, vulgar, y corriente.
2º Habitar, después, eternamente joven, y para siempre, en el nueva creación, hecha de un 100 % de bien, y de un 0 % de mal, que, por tanto, ignora, por completo, la existencia, del interior, del planeta tierra.
3º Que, tras mi partida, nadie, recuerde, a mi persona, en el interior del planeta tierra, sencillamente, porque, todas las personas, hayan sido trasladadas, a otros planetas del cosmos.
Javier Rubio Ortín
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