Parecerse a Dios.
Una persona, se hace, una sola, cosa, con Dios, si esa persona, y por medio, del poder, de ese, mismo, Dios, se olvida, por completo, y para siempre, de lo que es, el sufrimiento, o mal, y posteriormente, esa persona, concilia, un sueño, plenamente feliz.
Es decir, cuando, ninguna persona, sabía, lo que era, el sufrimiento, o mal, no había, ninguna diferencia, entre Dios, y todas las personas, hombres, mujeres, o asexuadas (dioses, y diosas).
Pero, al desobedecer, algunas personas, a Dios, es decir, al conocer, algunas personas, lo que era, el sufrimiento, o mal, en los interiores, tenebrosos, de los planetas del cosmos, quedó, establecida, una cierta diferencia, entre, Dios, y todas, esas, personas.
Javier Rubio Ortín
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