Las personas, trastornadas, o perturbadas, por el interior de un planeta, del cosmos…
Tienden, a odiar, a sus condiciones sexuadas, hombre, y mujer, con todas sus fuerzas.
En cambio, las personas, 100 % naturales, o no perturbadas, por el interior de ningún planeta del cosmos, aman, de una forma perfecta, y por tanto, sin ningún odio, de por medio, a sus sexualidades, hombre, y mujer.
Las personas, trastornadas, por el interior tenebroso, de un planeta del cosmos, como, el planeta tierra, sienten, unas grandes vergüenzas, ante las desnudeces, de sus cuerpos…
En cambio, las personas, 100 % naturales, o no trastornadas, por el interior tenebroso, de ningún planeta del cosmos, pues desconocen, por completo, que es, eso, de la vergüenza, ante las desnudeces, de sus cuerpos.
Las personas, trastornadas, por el interior tenebroso de un planeta del cosmos, generan, excrementos, y orines.
En cambio, las personas, 100 % naturales, o no trastornadas, por el interior tenebroso, de ningún planeta del cosmos, jamás generan, excrementos, y jamás, generan, orines.
Javier Rubio Ortín
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