Recuerdos de mi juventud.
Yo, pasé, tanto, mi juventud, como, mi adultez, en un puro, infierno, redentor.
A los dieciocho años, un psicólogo, me hizo, un test, de inteligencia, y saqué, 125, pero, eso si, totalmente deteriorada, es decir, con un porcentaje, de deterioro, muy elevado.
Como, tuve, que, dejar de estudiar, y mi persona, estaba, totalmente incapacitada, para vivir, en sociedad, trabajando, se me concedió, una pequeña paga, que perdura, hasta, el día, de hoy.
Como yo, sufrí, mucho, tanto, en mi juventud, como, en mi adultez, ahora, en mi ancianidad, me queda ya, muy poco, por sufrir, para, poder igualarme, en sufrimientos, con Jesucristo.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment