Tanto amó, Dios, al mundo…
….Que, mandó a Jesucristo, su Hijo, a ese mundo, para convertirlo, justamente, a todo él, en unos cosmonautas suyos, Hijos, e Hijas, viajeros, libres, por todo el cosmos, dentro de sus mentes, y con su única casa, en la eternidad, totalmente purificados del mal, o libres ya, de toda influencia, proveniente, del interior del planeta tierra.
Javier Rubio Ortín
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