Todas, las personas, tan sabias, como hace diez mil años.
Es decir, todas, las personas, tan sabias, como antes de conocer, esas personas, a los interiores tenebrosos, de unos veinte, planetas del cosmos, entre ellos, el interior tenebroso, del planeta tierra.
Es decir, todas las personas, tan sabias, como, antes de llegar a conocer, esas personas, el mal, en sus gloriosas, vidas eternas (Es decir, cuando, todas las personas, solo teníamos, una sola casa, permanente, en la inmortalidad de Dios-Padre, y después, éramos siempre, completamente, nómadas, trashumantes, viajeras, por todo el cosmos, por medio, de las naves de Dios).
¡¡¡Así desea, Dios, que seamos, absolutamente, todas las personas!!!
Es decir, tan sabidas, como, Salomón, o Jesucristo.
Javier Rubio Ortín
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