Todos, los inscritos, en el Libro de la Vida (eterna).
Es decir, todas, aquellas personas, que carecen, por completo, de unos cadáveres suyos, en el interior tenebroso, del planeta tierra.
Es decir, con el final, del mundo, absolutamente, todas las personas, que, han habitado, el interior tenebroso, del planeta tierra, a lo largo, de diez mil años.
Javier Rubio Ortín
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