Un astrónomo….
¡¡¡Piensa, a todo, ese cielo, nocturno, que observa, con sus ojos, en forma, de unas ideas, más, o menos, felices!!!
Es decir, todo, ese cielo nocturno, que, observa, ese astrónomo, tan solo, es, unas ideas, más, o menos, felices, pensadas, por ese astrónomo.
Es decir, unas ideas, completamente iguales, al resto, de las ideas, más, o menos, felices, pensadas, por ese astrónomo, por ejemplo, acerca, de su vida mundana.
Y por tanto, si las ideas, de ese astrónomo, acerca, de ese cielo, nocturno, son felices, entonces, esas ideas, felices, vuelven, más felices, al resto, de las ideas, del pensamiento, de ese astrónomo.
Y por tanto, si las ideas, de ese astrónomo, acerca, de ese cielo nocturno, son, poco felices, entonces, esas ideas, poco felices, de ese astrónomo, vuelven, menos, felices, al resto, de las ideas, del pensamiento, de ese astrónomo.
Javier Rubio Ortín
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