Una familiar, se nos marcha, a vivir, a otro planeta.
Y por tanto, ese familiar, se nos vuelve invisible, a nuestros ojos, en el planeta tierra…
¿Qué hacemos?
¿Un triste funeral, sin cadáver alguno?
Con toda seguridad, en ese nuevo, planeta, en el que vive, ahora, ese familiar, no será, ningún desgraciado, como, lo era, en el planeta tierra.
¿Tomar a ese familiar, como, un modelo perfecto, a seguir, por todos?
¡¡¡Pues, claro, que sí!!!
Javier Rubio Ortín
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