El premio final, al sacrificio personal…

Una persona….

….Se dedica, a practicar, voluntariamente, unas horas de cilicio, todos los días, de su vida mundana…
Y por tanto, esa persona:
1º Un día, con toda seguridad, termina, igualándose, en sufrimientos, con Jesucristo.
2º Y ese día, esa persona, se va finalmente, del mundo, completamente sana, y sin haber sufrido, previamente, ninguna enfermedad, jamás, por medio, del poder salvador de Dios.

Javier Rubio Ortín

Be First to Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *


cuatro × 1 =