Una persona, se queda, 100 % dormida…
Y por tanto, esa persona, completamente sana, al convertirse, toda ella, en un diamante puro, invisible a los ojos humanos, por medio, de ese sueño, deja de respirar, y deja de latirle, su corazón…
Y ocurre, que, otras personas, dan, a esa persona, por una persona muerta, hasta el momento, preciso, en el que, esa persona, se vuelve, invisible, en el cosmos, y por tanto, todos los presentes, se quedan, asombrados, de lo que han visto, sus ojos.
Javier Rubio Ortín
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