Único objetivo: ¡¡¡Abandonar, el planeta tierra!!!
Nuestra nave, debe de ser, un gran cubo, macizo, muy simétrico, muy duro, de 50 metros, de arista, que, posea, justo, en su centro geométrico, un habitáculo, hueco, en forma, de otro cubo, de 6 metros, de arista, que es, donde se sitúa, la persona, viajera, hasta desaparecer, esa persona viajera, del mundo (Cubo), sin dejar rastro, y aparecer, en otro universo, del cosmos, de velocidad lumínica, inferior, o un universo, más quieto.
Sería, por tanto, un viaje, hacia, la quietud, del cosmos.
Nada pues, de emplear, el fuego, o movimiento, como, el motor, de nuestro viaje.
¡¡¡Así abandonaban, el planeta tierra, los faraones egipcios, y se volvían, por tanto, unos dioses, viajeros, por los universos, del cosmos!!!
Javier Rubio Ortín
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