Y fueron, traspuestos, por Dios…

Y fueron traspuestos, por Dios, para no morir, jamás…

Enoc, Elías, Jesucristo, la v. María, s. Pablo, mi madre anciana, y todas las personas, que han habitado, el planeta tierra, a lo largo, de diez mil años.
Porque, posteriormente, Dios, volvió invisibles, a los ojos humanos, a todas estas personas, dormidas, en el cielo.

Javier Rubio Ortín

Be First to Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *


nueve − 5 =