Y Jesucristo, tras su crucifixión…
Se deshace, a sí mismo, para transmutarse, en un diamante puro, invisible, a los ojos humanos (Salvación) (Jesucristo = Fuego…Gases…Sangre arteria…Sólidos…Diamante]…
…En lugar, de deshacerse, a sí mismo, para transmutarse, en los gases, de un horrible, cadáver (Muerte cadavérica) (Jesucristo = Diamante…Sólidos…Sangre venosa…Gases…Fuego)…
Y por tanto, la persona, de Jesucristo, se vuelve invisible, a los ojos humanos, pero, en su tumba, es decir, cuando ya nadie, se entera, del asunto, en lugar de volverse, invisible, a lo ojos humanos, en la misma cruz, a la vista de todos….
Y por este motivo, Dios, llena, al final de la crucifixión de Jesucristo, de grandes señales de desaprobación, como, un terremoto, y densas tinieblas.
Y millones, y millones de personas, de todo el mundo, a lo largo, de veinte siglos, imitan a Jesucristo, en todo.
Javier Rubio Ortín
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