Yo seré, igual a Dios…
¡¡¡Cuando sea, plenamente feliz, durmiendo!!!
Y cualquier persona, “fulanito de tal”, será también, igual a Dios, cuando, esa persona, “fulanito de tal”, sea, plenamente feliz, durmiendo.
Es decir, para que, una persona cualquiera, se haga, una sola cosa, con Dios, esa persona, forzosamente, tiene, que volverse, plenamente feliz, mientras duerme.
¡¡¡Es decir, una persona, cuya felicidad, sea inferior, a la máxima, nunca, nunca, nunca, puede ser, igual a Dios!!!
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment