Yo soy, solamente…
…Los argumentos, de unas ideas, más, o menos, felices, que, potencialmente, pueden ser, infinitas, y pensar, por tanto, a infinitos, universos, diferentes, a infinitos, planetas, diferentes, que, a veces, piensan, a mi cuerpo físico, cerebro, manos, pies, a mi casa, a mi ciudad, y otras veces, en cambio, pues no; que, pueden pensar, a los argumentos, de infinitos sueños, diferentes, y que, si se vuelven, una idea, plenamente feliz, pueden pensar, a Dios.
¡¡¡Y cualquier persona, también, es lo mismo, que yo!!!
Javier Rubio Ortín
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