A un niño, hay que, explicarle….

A un niño, hay que, explicarle…

Que, los destinos naturales, de absolutamente, todas, las personas, son, el de curarnos, absolutamente, todas, nuestras enfermedades, y después, dedicarnos, a desaparecer, y a aparecer, en el cosmos, un número ilimitado, de veces, dentro, de unas vidas, eternamente jóvenes.
Y por tanto, lo artificioso, y extraordinario, es que, las personas, nos muramos (o nos convirtamos, en unos cadáveres).
Y por tanto, a los niños, hay que explicarles, que, lo normal, es que, todos, los cementerios del mundo, carezcan, enteramente, de cadáveres humanos, en sus tumbas.

Javier Rubio Ortín

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