El amor a la vida eterna.

El amor a la vida eterna.

 

 

 

Es decir, el amor, a la vida, de unos cosmonautas de Dios (Hijos e Hijas), huidos, completamente vivos, del planeta tierra, por medio, del poder salvador de Dios, viajeros, libres, por todo el cosmos, por medio, de los millones de naves de Dios, y que tienen, su única casa, permanente, en Dios-Padre.

Y por tanto, el amor, a una vida humana, mundana, sin ningún cadáver, de ninguna persona.

Y por tanto, el amor, a una vida inmortal, compartida, por todas las personas.

Y por tanto, el amor, a una vida humana, que como, la de Dios-Padre, jamás tuvo, un comienzo, y jamás, puede tener, un final.

Toda persona, que cree, realmente, en Jesucristo, posee, un amor, sin medida, a esta vida eterna.

 

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