El final, de la estancia, de una persona, en el mundo.

El final, de la estancia, de una persona, en el mundo.

 

 

 

Jesucristo:

 “Orad a  Dios, porque, vuestra huida, del mundo, a las naves de Dios, se produzca,…., ¡¡¡como lo deseéis!!!”

Y por tanto, nada, de esperar, a que sobrevengan, las enfermedades, las decrepitudes, los Alzheimer, etc., etc., etc., sino, hay, que adelantarse, a todo eso, y pedirle, a Jesucristo, una pronta, huida del mundo, completamente placentera, mientras se duerme, plácidamente.

 

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