Jesucristo, el médico perfecto.
Capaz, de curar, por tanto, a todas las enfermedades humanas, por muy incurables, que, sean, en el mundo, dichas enfermedades.
Y un Jesucristo, capaz, incluso, de resucitar, a las personas, muertas.
Y por tanto, Jesucristo, el médico perfecto, o Jesucristo, el médico, dedicado a cuidar, a la vida inmortal, humana.
Be First to Comment