Jesucristo, María, s. Pedro, s. Pablo, cosmonautas de Dios….
Y por tanto, absolutamente, todas las personas, unos cosmonautas, de Dios, Hijos, e Hijas, viajeros, libres, por los universos, del cosmos, y con nuestra, única casa, permanente, en el cielo, o la inmortalidad de Dios.
Y por tanto, todos los cementerios, del mundo, sin cadáveres humanos, en sus tumbas.
Javier Rubio Ortín
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