La alimentación, y la felicidad.
Una persona, feliz, como, no padece, ni hambre, ni sed, pues no tiene, ninguna necesidad, de alimentarse, con alimentos.
En cambio, una persona, muy poco, feliz, si que, tiene, la necesidad, de alimentarse.
Ahora bien, la felicidad, de una persona, crece, a la máxima, por medio, del sueño, y decrece, a cero, por medio, de la vigilia.
Persona = F (p) = [Unión, sueño, felicidad creciente, a la máxima] – [Separación, vigilia, felicidad decreciente, a cero]
De manera, que, si la felicidad, F (p), de una persona, en el cómputo, general, sueño-vigilia, supera siempre, a un cierto límite, saludable, entonces, esa persona, jamás padece, ni hambre, ni sed, y por tanto, esa persona, no tiene, jamás, la necesidad, de alimentarse, con alimentos.
Javier Rubio Ortín
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