La esperanza, de Pablo de Tarso.
Pablo de Tarso, se dedicaba, a sufrir, en el mundo, males, para sumando, y sumando, esos males, día a día, lograr, algún día, el sufrir, en el mundo, lo mismo, que, Jesucristo, de forma matemática.
Y esta esperanza, de Pablo de Tarso, se hizo realidad, un día, en su vejez, y por tanto, Pablo de Tarso, exclamó:
“Ya nadie, me causa, más males, pues yo, ya he sufrido, en el mundo, lo mismo, que, Jesucristo”
Y por tanto, Pablo de Tarso, convertido ya, en s. Pablo, desde entonces, no sufrió, en el mundo, jamás, ningún, tipo, de mal, es decir, s. Pablo, no sufrió, jamás, ninguna enfermedad, o dolencia.
Javier Rubio Ortín
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