La lucha contra el pecado.
S. Pablo, sabía, perfectamente bien, que cuando, su persona, terminara de sufrir, en el mundo, una cierta cantidad de mal, se podría olvidar, de la existencia de ese mal, para siempre, de una manera justa, y por tanto, su persona, podría exclamar:
Ya nadie, me cause, más molestias, pues mi persona, ya ha vencido, al pecado, para siempre, por medio, de su vida sufrida.
Javier Rubio Ortín
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