La verdadera comida, y la verdadera bebida.
Quien, se alimenta, del cuerpo de Jesucristo (y bebe su sangre), se alimenta, del cuerpo, de un cosmonauta de Dios, viajero, libre, eterno, inmortal, por el cielo, y por los universos, del cosmos, por medio, de las naves piramidales, que, jamás, sentirá, ni hambre de alimentos, ni sed de agua, es decir, que, jamás, sabrá, lo que es, una simple enfermedad (o dolencia).
Y por tanto, la carne del cosmonauta, Jesucristo…
¡¡¡Es, la verdadera, comida, que, quita, el hambre, para siempre!!!
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment