No mezclar, los asuntos de Dios, con los asuntos, del diablo.

Mezclar, a los asuntos de Dios, con los asuntos del diablo.

 

 

 

Asuntos de Dios:

Las vidas eternas, de unos cosmonautas (Hombres, y mujeres), siempre, viajeros, nómadas, libres, por toda la creación, por medio, de los ovnis, carros de fuego, o nubes bíblicas (Chemtrails), que tienen, su única casa permanente, en la eternidad.

Asuntos del diablo:

Las vidas de estos mismos cosmonautas, pero, aterrizados, transitoriamente, en los grandes males, de los interiores tenebrosos, de unos veinte planetas del cosmos, entre ellos, el interior del planeta tierra, a consecuencia, de un engaño invencible.

[Asuntos de Dios] + [Desobediencia a Dios, de esos cosmonautas, o pecado original] = [Asuntos del diablo]

Y también:

[Asuntos del diablo] + Salvación + Redención + Resurrección = [Asuntos de Dios]

Y por tanto….¿Acaso, está bien, el mezclar, confusamente, a los asuntos de Dios, con los asuntos, exclusivos, del diablo?

Y por tanto…

¡¡¡Dad a Dios, lo que es de Dios, y al diablo, lo que es, del diablo!!!

Es decir, no mezclar, jamás, a la salvación, con los asuntos terrenos, o del diablo.

Es decir, no mezclar, jamás, a la resurrección, con los asuntos, terrenos, o del diablo.

 

 

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