Un automóvil…
Existe, si ese automóvil, lo piensa, una persona, testigo, al menos, en forma, de unas ideas, más, o menos, felices.
Y no existe, ese automóvil, si ese automóvil, no lo piensa ya, ninguna persona.
Y por tanto, cuando, todas, las personas, se olvidan, por completo, y para siempre, de un automóvil, entonces, ese automóvil, deja de existir, para siempre.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment