Una ciencia, dedicada, a los tripulantes, de las naves de Dios.

Una ciencia, dedicada, a los tripulantes, de las naves de Dios.

 

 

 

 

Viajeros, libres, por todo el cosmos…

Y por tanto, una ciencia, que, no sirve, para que, triunfe, en unas personas, habitantes, de los interiores tenebrosos, de unos planetas del cosmos, como el planeta tierra.

De manera, que, hasta que, todas las personas, que habitan, los interiores tenebrosos, de esos planetas, del cosmos, no se conviertan, todos ellos, en los tripulantes de las naves de Dios, la ciencia, del evangelio eterno, no triunfará, en absolutamente, todas las personas.

 

 

 

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