¿En que, se parece, una persona, a un mineral?
Pues, en que, esa persona, cuando se queda, 100 % dormida, se vuelve, plenamente feliz, y se convierte, en un mineral, invisible a los ojos humanos, eterno, o inmortal, por medio, de una fuerza de unión.
¿Y en que, se parece, una persona, a los gases, y al fuego?
Pues, en que, esa persona, cuando, se despierta, por completo, a la vigilia, se enferma, se muere, tras sufrir, una larga, y cruel agonía.
Y esa persona, se convierte, por tanto, en un horrible cadáver, completamente gaseoso, por medio, de una fuerza de separación.
Javier Rubio Ortín
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