Un diamante, o un cadáver.

Un diamante, o un cadáver.

 

 

 

 

Una persona, cualquiera, puede tener, dos destinos, posibles:

1º Dormirse, más, y más, y convertirse, por tanto, en un diamante, eterno, o inmortal (Sueño eterno, del reino de los cielos), invisible, a  los ojos físicos, humanos (Salvación), de una forma, totalmente placentera.

2º Despertarse, más, y más, a la vigilia, hasta convertirse, en un cadáver, agusanado, y maloliente (Condenación), por medio, de una dolorosa agonía.

 

 

 

 

 

Be First to Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *


ocho + 2 =