Una persona, comienza, un sueño racional.
Cuando, el argumento, de un sueño irracional, vulgar, y corriente, se le convierte, de pronto, en el atravesar, un túnel, a muy oscuro, a toda velocidad, traspasar, una línea fronteriza, y entrar, en contacto, con todos los habitantes, del sueño eterno, del reino de los cielos, el cielo, y la eternidad.
S. Pablo, concilió, muchas veces, este sueño racional, como lo cuenta, en sus cartas.
Y lo normal, es que la vida, de una persona, cualquiera, en el planeta tierra, o mundo, termine, o concluya, con la conciliación, de este sueño irracional.
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