¡¡¡Dios mío, líbrame de mi muerte cadavérica, siempre!!!

¡¡¡Dios mío, líbrame de mi muerte cadavérica, siempre!!!

Si alguna persona, le hace, esta oración, a Dios, Dios, encantado, seguro, que la escucha, y vuelve, por tanto, a esa persona, un cosmonauta suyo, viajero, libre, por todo el cosmos, que, cada un cierto periodo de tiempo, la duerme, en el reino de los cielos, el cielo, y la eternidad, volviéndola, por tanto, invisible, en ese cosmos, a esa persona.

Porque, Dios, solo ha querido, desde siempre, unas personas, eternas, o unas personas inmortales, como, Él, mismo, es inmortal, o eterno.